Me pregunto si será posible que los 08 de marzo dejen de ser el día de la mujer, si el mundo tendrá la oportunidad de contener a una sociedad donde la igualdad entre los seres que la componen sea una realidad, si existirá oportunidad diaria de homenajear a la mujer y no reivindicar su existencia a partir de la simbolización de una lucha de igualdad.
Quiero que deje de existir el día de la mujer porque eso significa que las diferencias aún existen y si bien celebro toda distinción morfológica y con ello alimento mi espíritu; creo que una fecha que recuerda y simboliza la lucha de las mujeres por la igualdad entre ambos sexos eterniza la lentitud en el avance sobre esos espacios sociales que si bien se encuentran abiertos legalmente hay algo muy abstracto y reconocible que continúa posicionando y de alguna manera clasificando los géneros.
El inhumano hecho que provocó la muerte de más de cien mujeres durante la toma de una fábrica en Estados Unidos a raíz de una protesta en la que las trabajadoras pedían igualdad salarial entre hombres y mujeres, descanso dominical y reducción de la jornada laboral tiene que ser recordado por siempre y quizá el homenaje debería ser específico a esas mujeres que en un incendio provocado para impedir la protesta pierden la vida en manos de seres desnaturalizados.Estas mujeres fueron quienes sucedieron a tantas otras y a otras tantas luchas que a finales del siglo XIX y principios del XX, tiempo que la voz de la lucha por los derechos de la mujer comenzó a ser más fuerte.
Es decir que hace más de cien años que la firme posición de la mujer que tiene que seguir haciéndose paso con demostraciones y mayores esfuerzos tiene un día en el que esa energía enfocada es reconocida, agasajada y pienso que es mucho tiempo o muy lentas las intenciones de una paridad en la vida social que descarte la competencia insensata.
No obstante esta realidad, es cierto que la mujer en la actualidad es protagonista y la tendencia en ascenso permite que ocupe cada vez más lugares de decisión que con inteligencia y seguridad alcanza y de esta forma pareciera que el mundo logrará un equilibrio y podrá volver a descubrir una naturaleza que hace posible que cada rol y función tenga igual valor.
El esfuerzo de tantas mujeres que emulan a los hombres en pos de los objetivos y mayor en aquellas que están decididas a no hacerlo con igual fin requieren de una valentía enorme y es por ello que, lejos de cursilerías de ocasión propongo que todos los días exista un tiempo y espacio dedicado a la mujer y a sus actividades, especulo que sería una buena excusa para celebrar cada día la oportunidad de la convivencia de géneros y como toda religiosidad permitiría cumplir positivamente con los objetivos sociales y humanos que ratificarán tiempos de alegría y gozo.
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